¿Nos conocemos?

Me suena tu cara, pero no alcanzo a recordar de qué. 
 
Me miras como si tú tampoco supieses quien soy. Tal vez haya pasado tanto tiempo que nuestras mentes hayan empezado a olvidar. Tal vez sea cierto que no nos conocemos, que nunca llegamos a conocernos. Y si no, tal vez sea lo mejor hacer como si ambos fuésemos un par de extraños que se cruzaron un día en su camino y siguieron cada uno en una dirección.

Ya no estoy tan segura de nada. Bueno, sí, de una cosa: tu nombre.