martes, 1 de mayo de 2012

Relax



Hacía tiempo que no acataba sus impulsos y se arrebujaba entre aquella niebla de desdicha y compunción. Tiempo que no experimentaba aquellas bocanadas de tropiezos y caídas. Tiempo que no se sentía tan viva dentro de su mismo óbito.

Hacía tiempo que había optado por dejarse llevar, arrastrase a través de aquella corriente llena de infortunio. Tiempo que había decidido penetrar en su tragedia y actuar como todos esperaban que lo hiciese: bien. Tiempo que se había animado a no refugiarse en frágiles excusas cada vez que le preguntaban qué tal estaba.

Hacía ya tiempo que había cerrado bajo llave sus más íntimos recuerdos y ahora pretendía sacarlos todos a la luz. Quería ofrecerlos al mundo de golpe, para no poder pensarlo dos veces y arrepentirse en el último instante; pero había visto que era imposible y que lo mejor era ir poco a poco, de más remoto a más próximo.

Había decretado que lo mejor para calmar aquel espíritu atormentado suyo era narrar aquel pasado que la rondaba desde el principio.

Y aquel pasado, literalmente, quemaba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario