miércoles, 22 de agosto de 2012

Tiempo al tiempo

Tranquila, aún hay tiempo. Tenemos toda una vida por delante. No hay prisa. No es menester que nos apresuremos. No nos es preciso correr. Sabemos lo que hacemos. No se necesita acelerar más.

El cielo es grande y hermoso. ¿Azul? Quién sabe. Depende de los ojos con los que lo mires. Ya sabes, te lo digo siempre, todo es relativo. El cielo es un mar infinito lleno de pensamientos, hechos, confesiones. El punto más bello al que mirar dentro de tu mundo. Mi mundo. Nuestro mundo.

El segundero se detiene y, con él, las demás agujas. Así no van a alcanzarnos nunca. ¿Me oyes? Nunca. Hay tiempo de sobra, tenemos toda la eternidad por delante.

Y es que se hace tan larga la espera... Pero si dices que no hay prisa, yo te creo.

Las buenas historias se escriben despacio. Y siempre se encuentra algún detalle por perfeccionar. Como al mirar al cielo, siempre hay más y más rincones nuevos por observar... Nunca me cansaré de mirar éste nuestro firmamento.

No hay prisa. Uno puede pasarse las horas que quiera observándolo sin desperdiciar minuto alguno, pues éstos se han interrumpido para no alcanzarnos...


                                                                                               

O eso creíamos mientras nos mirábamos fijamente y sonreíamos embobados atisbando deseo y paciencia en los ojos del otro, hasta que, de tanto tiempo que tuvimos, no nos dimos cuenta de que se nos echaba encima.

Ya era tarde. Ya no había por qué proseguir aquella historia sin siquiera un principio. Las agujas se habían precipitado tanto que el reloj, corriendo como nunca, nos había sobrepasado.

Se nos olvidó amarnos.

Nuestro mar infinito de proyectos y emociones se nubló y comenzó a llover. Nuestro cielo se tornó gris. Ya no era azul, verde o marrón. Siquiera era negro.

Nuestro mundo se ahogaba y se rompía en mil pedazos. Los tuyos por un lado. Los míos por otro. Cayendo precipitadamente sobre un abismo indefinido rebosante de apesadumbrados fragmentos de amantes que, al igual que nosotros, creyeron que se amarían durante toda la perpetuidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario