Sola se hallaba, desde hacía un
tiempo, en medio de aquel frondoso y oscuro bosque. Su respiración agitada
rompía el profundo silencio que la envolvía junto a la tan espesa niebla,
culpable de la humedad del ambiente pero no de la de sus ojos.
Estaba cansada de huir, lo había
hecho tantas veces que ya no le encontraba el sentido. ¿Para qué, si terminaría
alcanzándola tarde o temprano?
Era todo tan horrible y
espantoso... No dejaba de temblar y presentía una muy cercana muerte, lenta y
dolo
¡No! ¡Así no había quien se
concentrase! Era todo tan perfecto, tan bonito, que no podía continuar con su
triste relato.
Sola se hallaba, sí, mas en su
habitación, no en una selva de no sé dónde rodeada de una gruesa y empapada niebla.
Ni siquiera estaba de pie, ¿cómo iba a huir? Yacía su delicado cuerpo en la
cama, sin mover un solo músculo; ¿para qué, si no lo necesitaba? ¿Llorar? Una
tonta sonrisa era lo que se expresaba en su ruborizado rostro. Nada más.
Se trataba aquél de un espléndido
día en el que se encontraba en el centro de su mente pensando en su enamorado.
Se pensaban. Se recordaban. Sí, él ahora estaba lejos (o quizá fuera ella la
que se ubicaba en la lejanía, ¿quién sabe); mas, estaba claro que, en ese
preciso instante, no podían verse físicamente, pero sí sentirse.
Ambos rememoraban la dulce noche
en la que sus almas decidieron unificarse y hacerse una sola. La cándida y
deleitosa noche, rodeados de agua salada, en la que se declararon físicamente
su amor. Reiteraban en sus pensamientos aquellos encendidos besos llenos de
sentimientos, aquellas suaves caricias llenas de secretos guardados bajo una
clave que sólo ellos conocían.
¿Acaso era posible? Ella aún no
lo creía, y él... tampoco.
- ¿Por qué ahora? -se
preguntaron- ¿Por qué no antes?
Y mientras cuestionaban el
caprichoso destino, se juraban amor eterno...
La luna los observaba paciente y
expectante, como si supiera con exactitud qué iba a suceder y no quisiera
perder detalle. Y ellos, los encelados, se miraban tiernamente a los ojos
diciéndose todo y a la vez nada.
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