lunes, 1 de octubre de 2012

Destino presuroso (VI episodio)

(El V episodio no vale la pena).


No era sino el caballero del castillo el que no dejaba a la princesa partir a ver al Conde. Allí, claro estaba, disfrutaría de una breve pero agradable estancia, rodeada siempre de los mejores placeres; y aun siendo breve, no dejaría verla marchar.

La quería toda para él: angustiada en soledad pero a salvo de los peligros que pudiera hallar en un lugar ignoto, de momento, para su razón. ¡Como si permaneciendo en su ahora cálido hogar no pudiera advertir vileza alguna!

Y la princesa tenía la cada vez más inconcebible necesidad de emigrar hacia aquel mundo desconocido para sus aceitunados ojos y alcanzar así el tono zarco de su mirada.

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