Suelo abrir
instintivamente
nuestra conversación del WhatsApp.
Lo hago
totalmente
fuera de mí.
Y sin querer
leo y releo
todo lo que me has escrito.
Y sin querer sonrío
como una tonta
como si fuera la primera vez que lo veo.
Y sin querer te escribo de nuevo
para retomar nuestra conversación.
¿Por qué narices
habíamos dejado de hablar?
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