miércoles, 26 de marzo de 2014

«Il y a toujours un moment aussi ridicule qu'agréable où je crois à l'impossible»

Cada mañana cuando me levanto, voy corriendo al comedor, abro las cortinas, subo las persianas y me asomo a la ventana con una enorme sonrisa en los labios. A veces me corta el frío viento la cara, a veces el calor hace arder mi rostro, a veces la lluvia me deja toda empapada; pero nunca, de verdad que nunca, se borra mi sonrisa.

¿Que por qué lo hago? Pues porque nada más despertar estoy llena de esperanza; creo firmemente que te veré allá abajo, enfrente de mi portal y mirando hacia arriba, con un ramo de flores de papel pintado en tu mano izquierda, un abrazo reservado exclusivamente para mí en tu mano derecha y un beso preparado ya para saltar de tus labios a los míos.


 

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