Quizá, en ciertas circunstancias y con ciertas
personas, sea mejor mentir. Decir que ya has quedado con otra persona y que no
puedes ir; que la culpa no es suya, ni tuya, que probablemente no sea de
nadie; que ya lo has olvidado, que ya no piensas en él; que estás
bien, que nunca has estado mejor. Total, una pequeña mentirijilla no hace daño
a nadie, ¿no?; e incluso a veces sana la angustia y la tristeza, tanto la de la
persona que miente como la de la persona que escucha.
Desgraciadamente, a mí se me ha olvidado mentir, se me
ha olvidado mentirle, he olvidado decirle que ya no lo necesito y que estoy
perfectamente sin él, sin sus palabras, sin sus abrazos, sin sus miradas, sin
sus sonrisas, sin sin guiños, sin sus besos; y así no puedo decir qué es mejor
y qué es peor, solo puedo hablar de un quizá.
Y quizá a veces sea mejor mentir, para no herir los
sentimientos de los demás y para salir de esa situación con el mínimo daño
posible, pero quizá en realidad no lo sea, y aun así mientas.
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