jueves, 24 de abril de 2014

Normalmente

Normalmente, cuando queremos animar a alguien que está decaído, le decimos que no se preocupe, que el sol se levanta cada día resplandeciente y alegre y que lo ilumina y llena de vida todo. Partimos de esa premisa que dice que un amanecer es algo hermoso y que dicha hermosura es curativa. Y declaramos que la luz y la belleza son alegres y se contagian, y que si no se te contagian es porque eres demasiado opaco por dentro...

Los gallos, los primeros en contemplar esta brillantez, se alegran tanto de ver el sol que avisan a todos los demás para que se levanten también a admirar su redondeada belleza. Los pájaros cantan de buena mañana y alzan su vuelo dejando los árboles atrás. Los perros quieren ya salir a pasear (aunque algunos quieren salir a todas horas, la verdad). Los gatos se tumban a la Bartola en los lugares en los que hay más luz. Las plantas empiezan a trabajar nada más comenzar el día, ansiosas, empiezan su fotosíntesis. Los adultos comienzan a movilizarse y buscan ya de madrugada un buen sitio en la playa para acaparar todos los rayos de la grandísima bola de fuego mantenida en el aire. Hasta los niños temen y huyen de la oscuridad de las sombras, buscando la seguridad de la luz…

Pero ¿qué pasa con la luna?, ¿acaso no es también tanto o más hermosa que el sol? A la luna puedes contemplarla fijamente todo el tiempo que quieras que jamás te dolerán los ojos. El sol se encarga de iluminarlo todo, sí; pero la luna se encarga de reflejar la luz del gran astro diurno, y no le pesa la carga porque es lo suficientemente fuerte. El sol quema y no puedes pisarlo porque te mataría; la luna en cambio no hace daño a nadie. El sol está poco a poco absorbiendo los planetas que hay a su alrededor para tragárselos; la luna se está alejando paulatinamente para no causar dolor...

Y ¿qué pasa con la noche?, ¿qué pasa con la oscuridad? También hay animales nocturnos como los búhos y los murciélagos. También hay vida y actividad en la oscuridad, como cuando los leones salen a cazar. La luna levanta el mar ella sola, despierta y revive las olas. Todo eso también es vida...

Además, la tranquilidad de la noche relaja a todos aquellos que de día viven demasiado atareados como para vivir. El crepúsculo y su poca claridad dan seguridad a los que con la luminosidad del día no se ven capaces de nada. La oscuridad y su silencio están llenos de paz y serenidad, están creados para soñar. De noche se escriben las mejores historias de amor, se cantan las más bonitas canciones, se bailan los más sensuales bailes, se expresan y transmiten mejor los sentimientos... Con la oscuridad enfrente, es imposible encontrar los defectos que se ven por el día. El negro es elegante y de noche todo es negro, todo es precioso.

Si algún día estoy triste, no me digáis que por la mañana veré todo con otra luz y de otro color, decidme que por la noche veré tan poco que me veré capaz de todo.

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