sábado, 12 de julio de 2014

Anemia

Tengo la sangre roja y las lágrimas transparentes, pero los labios se me pálidos a la mínima; mi teoría es que lanzo demasiados besos al aire (besos que se pierden por el camino y no llegan a su destino). Además, sospecho que mi cabeza no tiene los tornillos necesarios y ya no queda hierro para fabricar más.
 
Sigo siendo experta en coger demasiado pronto corazones ajenos y nombrarlos como propios. Los cojo con la siniestra y los engullo sin saborearlos bien, sin llegar a decidir si el sabor es bueno o no. Al final, claro está, siempre me dan arcadas y los termino vomitando en contra de mi voluntad (porque yo soy así: no me gusta escupir corazones por mucho daño que me hayan hecho).
 
Ahora estoy intentando deshacerme del tuyo, pero es demasiado grande y me ha llegado muy al fondo. Creo que se ha atascado y tardará en salir. Pero, tranquilo, te lo devolveré.

No hay comentarios:

Publicar un comentario