jueves, 25 de diciembre de 2014

25 de Diciembre, fum, fum, fum

Lo confieso: hoy he bebido de menos.

La verdad es que para ser Nochebuena no ha ido mal del todo. Excepto al final, cuando me he dado cuenta de que no estaba lo suficientemente borracha como para que no me importara que no contestaras a mis llamadas. Así que al final no te he llamado. Por teléfono.

Es de lo único de lo que me arrepiento. Y de no estar a tu lado, de no ser de otra manera y de existir, claro.

Pero bueno, el caso es que he cantado demasiados villancicos inventados, he sonreído lo suficiente como para sentirme rara y he comido muy poco turrón para lo poco que follo. Al final me ha entrado tanto frío que no ha valido la pena ni imaginarte desnudo. Aunque también es verdad que habría sido un poco raro ponerme cachonda delante de dieciséis familiares cercanos.

Quizá no tenga espíritu navideño ni nada parecido, pero sé llorar sobre la cama de cuatro formas distintas a la vez y eso debería contar para algo.

La próxima vez que te llame,
procuraré pensar más alto.

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