jueves, 28 de abril de 2011

Un giro totalmente inesperado de los acontecimientos

Sol brillante, cielo despejado, nada de brisa. Susurros entre las flores, mariposas preparadas para colorear la primavera, pájaros a punto de alzar el vuelo… Un día perfecto. Un día perfecto y un camino a seguir; un camino recto, sin torceduras. Y él sigue andando.

Anda porque debe llegar hasta el final del camino, donde ella lo espera impaciente y con una de sus mejores sonrisas. Pero el camino se divide: se divide en dos. Una vía diestra, alegre, donde brilla más el sol; un camino rápido y seguro al final del cual se encuentra ella, esperándolo, impaciente y feliz. Y una vía más siniestra, de semblante alegre y tranquilo; un camino con apariencia inofensiva, pero con un fondo triste y oscuro.

Giró a la izquierda. Él giró a la izquierda. Decidió ir por la vía equivocada, sin saber a dónde lo llevaría.

Siguió avanzando sin mirar atrás, viendo cómo la luz se apagaba, notando el frío en su piel...

Y ella notó ese frío. Ella notó el frío en su piel…

y supo que la espera no valía la pena.

No hay comentarios:

Publicar un comentario