El mismo trato,
los mismos gustos,
mismas exigencias
y mismos disgustos.
Eran clones,
seres exactamente iguales
que se comportaban vilmente,
como salvajes animales.
De apariencia distinta,
una fachada diferente
y unos actos tan ruines
que llenaban de ira su mente.
Cada uno emulaba a su antecesor,
ninguno era capaz de cambiar;
y ella, cansada de bastas imitaciones,
no tenía otra cosa que hacer más que llorar.
mismas exigencias
y mismos disgustos.
Eran clones,
seres exactamente iguales
que se comportaban vilmente,
como salvajes animales.
De apariencia distinta,
una fachada diferente
y unos actos tan ruines
que llenaban de ira su mente.
Cada uno emulaba a su antecesor,
ninguno era capaz de cambiar;
y ella, cansada de bastas imitaciones,
no tenía otra cosa que hacer más que llorar.
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