domingo, 15 de julio de 2012

Cuando éramos felices...

Queridísima amiga:

Decidí ir de vuelta al pasado, un viaje hacia tiempos remotos, y rememorar tiempos mejores. Recordé aquella época en la que éramos felices la una junto a la otra, tiempos en los que las excusas tenían algún significado y reíamos juntas a carcajadas creyéndolas como algo positivo, como una especie de perdón. Pero poco a poco dichas excusas se fueron haciendo menos creíbles y más descaradas, más dolorosas. Llegó la hora de distanciarnos.

Comenzamos a hacer vida por separado. Cada una frecuentaba unos lugares a unas determinadas horas  y acompañada de ciertas personas. Siquiera nos parábamos a pensar en nuestra pretérita etapa en la que íbamos juntas a todas partes. Habíamos llegado al final de aquel otro libro y habíamos comenzado cada una uno nuevo, de temas completamente diferentes. Tú leías acerca de la vida, y devorabas el escrito disfrutando enteramente día a día. Yo, en cambio, leía acerca de la muerte, y absorbía cada palabra para llegar al final de forma culta y bien lúcida. Eran lecturas relacionadas, como nosotras, pero muy diferentes... como nosotras.

Vi, en mi periplo, que sólo de vez en cuando nos acordábamos de nuestra antigua compañera. Tú me evocabas en tu mente cuando no había nadie más a quien le apeteciese salirse de su rutina e ir a sitios nuevos; yo te invocaba en la mía cuando no había nadie que quisiese escuchar. En el fondo siempre habíamos estado dentro de la mente de la otra, pero quizá por miedo, o tal vez orgullo, no lo confesábamos. Yo fingía pasarlo bien en aquellos extraños lugares, viendo y haciendo cosas nuevas; tú hacías como que me escuchabas y actuabas de forma que parecías realmente interesada en aquello que te contaba. Y sin embargo, aún no estábamos tan unidas como antaño.

En mi recorrido aprendí, tras ver cómo nos comportábamos al principio y cómo más adelante, que en esta nuestra odisea quizá debamos caminar despacio, sin prisa. Tal vez el final de ambos libros sea el mismo. Puede que sólo necesitemos tiempo para recapacitar y puede que en el momento más inesperado volvamos a reunirnos
y volvamos a reír como antes...

Fdo.: Saá.

No hay comentarios:

Publicar un comentario