Me dicen:
«Tienes la vida por delante»,
pero yo miro
y no veo nada...
En algunas ocasiones no es nada fácil creer en
algo que no ves, algo que no sientes, algo que no esperas que exista realmente.
No es nada fácil pensar que hay solución a un problema que en ese momento te
ahoga sin miramientos. Nada fácil imaginar una ruta alternativa cuando has
pasado años y años creyendo que el camino no se bifurcaba nunca. Es casi
imposible cambiar de metodología cuando hasta ahora te había funcionado. Por
mucho que te insistan, por mucho que insistas, no lo puedes ver, no está ahí.
Delante de ti no hay nada que ver, nada que puedas sentir, nada que puedas
tocar. Todo es oscuro. Sin luz. Sin movimiento. Sin vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario