sábado, 29 de marzo de 2014

Me gusta pensar en ti: imaginar que me abrazas con fuerza, con miedo de que me escape; imaginar que me sonríes amablemente, sin dar importancia a lo que nos rodea; imaginar que me besas las mejillas llenas de lágrimas cogeladas, lágrimas que te piden a gritos que jamás te vayas...

Pero también me gusta pensar que piensas en mí: que imaginas que soy yo la que te abraza con fuerza, con miedo de que te escapes; que imaginas que soy yo la que te sonríe amablemente, sin dar importancia a lo que nos rodea; que imaginas que soy yo la que te besa las mejillas llenas de lágrimas congeladas, lágrimas que me piden a gritos que jamás me vaya.

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