Dicen que la belleza está dentro, en el interior
de cada uno; pero ¿y si se equivocan?, ¿y si no tiene nada que ver con en el
interior?, ¿y si lo que cuenta es cómo se ve única y exclusivamente por fuera?,
¿y si la belleza está dentro del espejo?
La belleza es algo subjetivo, algo que produce un
placer distinto a cada uno, algo que gusta en mayor o menor medida dependiendo
del ojo que mira. El mismo objeto puede parecerme a mí bello y a ti horrendo.
El mismo rostro puede parecerme a mí muy poco agraciado y a ti el rostro más
hermoso que jamás hayas visto.
¿De qué me sirven las palabras si no me gustan tus
labios? ¿De qué me sirven los actos si no me gusta quien actúa? ¿De qué me
sirve una sonrisa si no me gustan tus dientes? ¿De qué me sirve una caricia si
no me gustan tus manos? ¿De qué me sirve un abrazo si no me gustan tus brazos?
¿De qué me sirve un beso si no me gustas?
La belleza es un instrumento que debes saber manejar
en el momento adecuado y con la persona correcta, si no se romperá el espejo y
todo acabará.
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