Estaba yo fregando los platos y se me ha ocurrido una cosa; algo que ha hecho que necesitara urgentemente dejarlo todo para ir corriendo a apuntarlo y así que no se me olvide. No obstante, como no podía dejar la faena a medias, he optado por seguir fregando mientras le daba vueltas y más vueltas a ese mismo tema.
¿Qué es la felicidad? Algo que te hace sentir bien, vale; algo que te hace sonreír, bien; algo que te agrada, perfecto. Pero ¿qué es exactamente? ¿Una persona? ¿Un bien material? ¿Algo espiritual?
Yo en ese momento estaba fregando los cacharros, sola, en silencio, abrigada con mi batín morado y con el pelo totalmente recogido; e, inconscientemente, había dibujado una sonrisa, pequeña, sí, pero real.
Felicidad puede ser muchas cosas. Felicidad puede ser abrazar a una persona mientras esta duerme plácidamente; despertarse un domingo por la mañana y apagar el despertador para dormir una hora más; leer un libro por sexta vez y no necesitar pasar la vista por encima de las líneas para saber lo que está escrito; sentirte útil mientras limpias los vasos y cubiertos…
La felicidad es como el carpe diem: centrarte y aprovechar bien lo que estás haciendo en ese momento y sentirte a gusto por ello. La felicidad es sonreírle al presente y no darle tantas vueltas a todo, dejar de pensar durante un momento, dejar de comerte el coco sin motivos…
Entonces me he dado cuenta de que, por cada vuelta que le daba, más me alejaba de la idea; así que he optado por relajarme y seguir fregando los cubiertos y demás, con una sonrisa en la cara, los pies cómodos y calentitos en sus zapatillas y sin tanto divagar.
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