viernes, 19 de septiembre de 2014

Soy capaz de quererte vestido y sin ningún botón de la camisa desabrochado; allá a lo lejos cuando de verdad es demasiado lejos y aquí delante de un millón de personas mirándonos fijamente; totalmente enfadado y parcialmente dispuesto; en una de esas noches de verano tan calurosas en las que me voy a dormir al sofá porque, ¡joder, qué calor que das!, y en una de esas tan frioleras en las que llevas tanta ropa que da pereza comenzar a quitártela.
 
Soy capaz de quererte sin que ello suponga, en ese momento, una atracción sexual; pero ojalá fueras tú el que me estuviera tocando ahora y no mis manos con la proyección de tu persona en mi cabeza.

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