Hoy no te he visto, pero te he imaginado. He imaginado
que entrábamos ambos en el campo de visión del otro, que nos cruzábamos
por las escaleras mientras todos los demás subían y bajaban con prisa,
que queríamos decirnos algo, que no hacía falta decir nada.
Hoy
no te he oído, pero te he soñado. He soñado que me llamabas por detrás y
que yo me giraba sorprendida, que repetías mi nombre despacio mientras
te desplazabas tranquilo hacia mí, que extendías tu brazo para tocarme,
que ya me acercaba yo a ti.
Hoy no te he tocado,
pero te he pensado. He pensado que nos volvíamos a abrazar, que
encajábamos las piezas de nuestros cuerpos, que volvíamos a habitarnos. Y
he querido olerte. Y he querido saborearte. Y he querido volver a
escribirte.
Te he querido. Y tú a mí no. Y qué puto asco. Y que se muera el mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario