lunes, 13 de abril de 2015

«Bunburysmo»

[ATENCIÓN:
si de verdad desea saber
qué es el arte del Bunburysmo,
póngase a leer
La importancia de llamarse Ernesto,
De Oscar Wilde].

Bunburyzar
es salir por la puerta de tu casa con prisa porque se supone que has quedado con alguien.
Volver tarde y poner la excusa de que «¡Ay, mamá! ¡Es que no me dejaba irme!» entre risas.
Decir que estáis enamorados.
Que esos pendientes nuevos te los ha regalado él.
Que no se te ha perdido la bufanda, que te la has dejado en su coche.

Bunburyzar
es inventar una excusa para hacer algo mejor que quedarte en casa.
Fingir que tienes planes mejores que los de rodearte de tu aplastante familia.
Hacer como que lo sientes mucho, pero que te tienes que ir.
Hacer como que lo sientes mucho, pero que no puedes hacerle esperar.

Bunburyzar
es decir que no estás sola.
Que no paseas sola.
Que no vas a la biblioteca sola.
Que no vas al cine sola.
Que no comes sola.
Que no cenas sola.
Que no duermes sola.
Que no te corres sola.
Que no te sientas sola.
Que no te sientes sola.
Que no te sientas sola, joder, que no estás sola, que yo estoy igual...


(Bunburyzar es inventar que tienes un hermano menor llamado Ernesto
y que en realidad tu hermano Ernesto sea el mayor de los dos).

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