Aquí.
El pasado oscuro de Sara
Cosas del ayer.
viernes, 1 de mayo de 2015
miércoles, 29 de abril de 2015
Quiero pasarme el día escribiendo
la vida escribiendo
Escribir tanto
que se me desgasten las yemas de los dedos
Los dedos de las manos
Las manos de los brazos
Quedarme sin extremidades superiores
y tocarte con los pies
Aplastarte con los pies
Recorrerte con los pies
Saltarte tanto encima, que termine hundiéndome en tu carne
Fundirme en tus huesos y nadar en tus venas
Dejarme llevar por la corriente y terminar en el centro
de tu pecho
Ser tu órgano vital
Estar viva y ser real
Escribirte de tal manera que
estés vivo y seas real
martes, 28 de abril de 2015
sábado, 25 de abril de 2015
viernes, 24 de abril de 2015
jueves, 23 de abril de 2015
martes, 21 de abril de 2015
lunes, 20 de abril de 2015
domingo, 19 de abril de 2015
sábado, 18 de abril de 2015
CAPÍTULO V / LOS AMANTES
Lo nuestro duró algo más de cinco meses, pero fueron esos cinco primeros meses los que me hicieron creer en el amor.
Él era como la primavera en un día de invierno; todo alegría y felicidad incluso en los días de gélido viento y lluvia torrencial. Era como un amanecer en la playa en el que la brisa marina y el olor a sal te relajan ampliamente mientras que el calor del sol y la arena se encargan de mantenerte despierto. Como una noche despejada en la que se pueden apreciar todas las estrellas del firmamento. Como un cachorrito canino recién nacido que sólo te da ganas de cuidarlo y comértelo a besos. Él era todos los tópicos relacionados con el amor habidos y por haber y la verdad es que no me importaba. Sólo había una pega: que éramos amantes.
Veréis:
Nosotros nos sentábamos a mirarnos sin decir palabra y sólo abríamos la boca para robarnos la saliva y robarle el dióxido de carbono a la capa de ozono. No sólo nos mirábamos a los ojos (de los colores del otoño, la vivacidad del verano y la tristeza de la primavera –el invierno no nos gustaba–); sino que también nos observábamos las grietas y las hinchazones de los labios, los temblores y sudores de las manos, la piel de gallina, los rápidos movimientos del pecho yendo arriba y abajo, arriba y abajo, arriba y abajo.
Nosotros nos sentábamos a mirarnos sin hacer ruido y sólo hacíamos movimientos bruscos cuando nos respirábamos; pero no sólo cuando nos convertíamos en el oxígeno del otro, sino también cuando nos abrazábamos. Y daba la casualidad de que sólo nos inspirábamos y espirábamos cuando estábamos solos.
No, no engañábamos a nadie y tampoco pretendíamos hacerlo; pero tampoco parecía que tuviéramos intención de hacer correr la voz. Lo nuestro era como un tesoro enterrado en una isla desierta; algo precioso y muy valioso, pero desconocido por el resto del mundo salvo por los piratas. Y al parecer yo era la única que se moría de ganas por estrenar la pala.
miércoles, 15 de abril de 2015
Escriverte es lo único que quiero
Pero te escribo
como puedo
sin comas
sin puntos
sin preguntas
sin sobresaltos
en cursiva
despacito y
con mala letra
tosiendo
llorando
temblando
nomepasanadeando
con palabras que no existen
en la cama
en el suelo
en el aire
y le rezo
de rodillas
a mi ateísmo
por acabar ya
por favor
de enamorarme de ti
lunes, 13 de abril de 2015
«Bunburysmo»
si de verdad desea saber
qué es el arte del Bunburysmo,
póngase a leer
La importancia de llamarse Ernesto,
De Oscar Wilde].
Bunburyzar
es salir por la puerta de tu casa con prisa porque se supone que has quedado con alguien.
es inventar una excusa para hacer algo mejor que quedarte en casa.
es decir que no estás sola.
(Bunburyzar es inventar que tienes un hermano menor llamado Ernesto
domingo, 12 de abril de 2015
En un mundo paralelo
no sé llorar de tristeza,
duermo ocho horas diarias
y jamás me corro sola;
pero
no
te
quiero.