Vivían felices, como en un cuento de hadas.
Eran épocas claras, de alegrías rodeadas.
Ella a él lo amaba;
él la adoraba.
No había quien los separara,
nadie que su amor arrebatara.
Besos en los labios, besos en las mejillas...
¿Sus días? ¡Grandes maravillas!
Risas y sonrisas,
miradas con prisa...
Cualquier momento bastaba para quererse,
cualquier momento era bueno para verse.
Ella no paraba de pensar en él,
y le gustaba pensar que le pasaba lo mismo a él*.
Ella era muy feliz,
se suponía que él la amaba sí o sí.
Palabras bonitas y alagadoras.
Caricias suaves, pero traidoras;
iban donde no debían,
pero ella lo dejaba porque quería.
Un fuerte latir en sus corazones.
¿Para separarse? ¡No había razones!
Amor eterno y duradero,
un amor pleno y entero...
Eran épocas claras, de alegrías rodeadas.
Ella a él lo amaba;
él la adoraba.
No había quien los separara,
nadie que su amor arrebatara.
Besos en los labios, besos en las mejillas...
¿Sus días? ¡Grandes maravillas!
Risas y sonrisas,
miradas con prisa...
Cualquier momento bastaba para quererse,
cualquier momento era bueno para verse.
Ella no paraba de pensar en él,
y le gustaba pensar que le pasaba lo mismo a él*.
Ella era muy feliz,
se suponía que él la amaba sí o sí.
Palabras bonitas y alagadoras.
Caricias suaves, pero traidoras;
iban donde no debían,
pero ella lo dejaba porque quería.
Un fuerte latir en sus corazones.
¿Para separarse? ¡No había razones!
Amor eterno y duradero,
un amor pleno y entero...
Pero esa época pasó,
y él...
se marchó...
*Admiro sobremanera mi capacidad para rimar.
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