.jpg)
- Oh... ¿No lo sabes?
- Eeh... No.
- ¿Ni siquiera lo imaginas?
- No sé, no se me ocurre nada...
- Son los latidos de mi corazón.
- ¿Los latidos de tu corazón?
- Eeh... Sí... Eso he dicho... ¿Por?
- Se oyen muy rápido y fuerte...
- Es porque se aceleran cada vez que te acercas.
- Pero...
- ¡Ssh! No me dejas escucharlos...
- Lo siento, no era mi intención molestarte...
- No importa, te quiero.
- Y yo a ti.
- ¿Entonces? ¿Qué estamos haciendo?
- No lo sé.
- Es horrible.
- Sí.
- Márchate, déjame sola un momento; necesito pensar.
- Yo también lo necesito.
- Pensaré en ti.
- Y yo en los dos...
Y cruzó la puerta pensando en cómo de fuerte la besaría nada más volver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario