Pero todo era mentira, un engaño,
cosa le hacía mucho daño.
De vez en cuando se cruzaban sus vías,
estaban juntos unos días;
pero en seguida él se marchaba
y sola otra vez la dejaba.
Ya no tenía compañero,
éste se había vuelto un embustero.
Los días pasaban y pasaban,
y sus caminos cada vez más se alejaban.
Llenaba su senda de llantos,
envolvía el aire con tristes cantos;
y todo lo hacía por él,
porque quería tenerlo otra vez.
Y su recorrido se hacía interminable,
hacia un lugar inalcanzable:
un lugar con la libertad
De vez en cuando se cruzaban sus vías,
estaban juntos unos días;
pero en seguida él se marchaba
y sola otra vez la dejaba.
Ya no tenía compañero,
éste se había vuelto un embustero.
Los días pasaban y pasaban,
y sus caminos cada vez más se alejaban.
Llenaba su senda de llantos,
envolvía el aire con tristes cantos;
y todo lo hacía por él,
porque quería tenerlo otra vez.
Y su recorrido se hacía interminable,
hacia un lugar inalcanzable:
un lugar con la libertad
de vivir con la felicidad.
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