Cosas sin sentido. Un mundo paralelo donde todo es distinto, donde todo, absolutamente todo, cambia. ¿Lo único real? La fecha. El día en que lo imagina, la hora en que lo escribe.
Ni siquiera habla en primera persona por miedo a crear confusión. Pero la gente lo lee a su manera, lo lee como quiere. Y no lo entiende.
Ella
no entiende que solo son palabras escritas en un recuadro, frases que
construyen un universo completamente diferente y no por ello mejor. Y él lo lee como ella. No
son capaces de entender que la escritora es feliz escribiendo cosas
porque sí, inspiradas tal vez en un día, pero con una historia que no
tiene nada que ver con la realidad. Sus lectores han ido demasiado lejos.
¿Real? ¿Qué hay de real? Si
todas sus historias fuesen reales, ¡la creadora ya hubiera muerto unas
cien veces!, pues casi todas sus narraciones terminan con suicidios quién
sabe por qué.
No es real. Solo es improvisación. Una escritora que se precie debe saber usar la imaginación, debe saber transformar totalmente lo que ven sus ojos. Y
una escritora que se precie, como lo es su servidora, debe saber pedir
perdón a ciertos lectores por haber creado confusión en algunas de sus
últimas entradas.
Lo siento, pero no hay nada real en mis historias. Son sólo simples cuentos sin valor alguno.
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