domingo, 18 de diciembre de 2011

Y cuando solo quería silencio, el ruido lo envolvía todo



Era realmente agotador tener que escucharlo siempre; verdaderamente pesado, extenuante. No había un solo segundo en el que no se percibiera ese sonido. Era terrible oír a cada instante ese cada vez más elevado murmuro que cubría la estancia. Era horrible no volver a advertir aquel portentoso reposo que antes enfundaba la habitación; lo echaba de menos, lo añoraba...

Ella solo quería un tranquilo silencio...

una calma eterna.

No hay comentarios:

Publicar un comentario