Dicen que la belleza está dentro, en el interior de cada uno; que no importa tu rostro o tu figura, que puedes deslumbrar de todas formas y que, de hecho, lo harás algún día. Dicen que no importa el peso, que no importa la altura; ¡que cualquiera puede destacar!
Eso dicen, y en parte tienen razón...
Hablando diariamente con una misma persona, puedes llegar a verla más guapa, puede llegar a gustarte de verdad. La belleza está en el interior y en lo que sacas al exterior, lo que sacas de tus adentros, lo que decides lanzar a los demás.
La belleza está en las palabras, por eso hay que cuidar bien lo que se dice y la forma en la que se dice; pensar dos veces lo que vas a decir y revisar tres veces lo que has escrito antes de enviarlo.
La belleza está en los actos, en los pequeños detalles que proporcionas a los demás, a los que te rodean diariamente, a los que te importan. Esas actuaciones hacen ver cómo de dedicado estás a ellos, hacen ver lo que sientes realmente.
La belleza está en una sonrisa de «buenos días», en una caricia de «adelante», en un guiño de «qué guapa vas hoy», en un abrazo de «no te preocupes», en un beso de «buenas noches»...
La belleza puede estar en todas partes, incluso donde menos te lo esperas, en ese recóndito lugar en el que piensas que no hay nada, en el interior de todo y en el interior de cada uno.
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