No te emociones tanto, que yo ya estaba vacía mucho
antes de conocerte. Que no eres el primero ni el último a quien miro
como si no existiera nadie más. Que, antes de las tuyas, ya hubo muchas
promesas rotas y que, con forme pase el tiempo, vendrán otras más que no
se cumplirán. Que mi corazón, aunque no lo aparente, ya está curado de
espanto y que mi cerebro tiene ya pensado un futuro alternativo en el
que no sale nadie más que yo y un gato. Que esto ya me lo veía venir y
que por eso prefiero permanecer vacía, pero que no has sido tú el que me
lo ha quitado todo porque jamás he llegado a abrirte todas mis puertas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario