miércoles, 23 de julio de 2014

Soledad en el balcón

Hoy he salido al balcón y me han entrado ganas de sentarme en una de las sillas que había; no sé si por el cansancio, por el aburrimiento o por la inercia que tengo de sentarme cada vez que veo algo parecido a un asiento. El caso es que al final no lo he hecho porque, viendo la tranquilidad que había en el balcón, quizá soy yo la que es mala compañía para la soledad y no a la inversa.

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